viernes, 25 de julio de 2008

El Sueño Americano





Trataré este tema desde tres ángulos distintos: el ciudadano americano, el extranjero con documentacion y el extranjero ilegal.

El ciudadano americano, nacido en Estados Unidos, realmente vive un sueño en su país. Es posible que para él su estilo de vida sea lo más normal, pero como todos los seres humanos somos inconformes, seguro se queja de la vida que lleva.

Antes de nacer ya están siendo atendidos por el Estado. De acuerdo a mi criterio, las prioridades de atención para el sistema norteamericano tiene el siguiente orden: primero los niños, segundo los ancianos y tercero los animales.

Al americano el Estado lo protege, le facilita estudios, medicinas, asistencia de todo tipo, y mientras se forma seguirá recibiéndolas. Lo único que a algunos de estos señores les afecta, pero lo aceptan porque ese es el sistema, es el pago anual de los impuestos (TAX).

A determinada edad y tiempo laboral es retirado y pensionado, con todos los beneficios que pueda necesitar, y si ha estado relacionado o ha participado de alguna manera en la consolidación del Estado norteamericano con más razón aún, aunque aquí podemos hallar contradicciones como por ejemplo los veteranos de Vietnam a quienes no se les da el mérito que se merecen.

Lo cierto es que los que venimos a este país y vemos como funciona el sistema, quisiéramos tener un poco de ello en nuestras naciones.

El extranjero con documentación cuenta con una gran ventaja, por lo menos tiene mucho camino recorrido si va detrás del famoso Sueño Americano, pero puede tener ciertos inconvenientes, por ejemplo, si no maneja el idioma se le podría dificultar la vida laboral, y si cuenta con esa importante herramienta de igual manera deberá crear un “récord” (un crédito, experiencia laboral, etc).

Tendría que realizar estudios para aspirar a un cargo profesional a menos que tenga una profesión como docencia o relacionada con medicina, que son unas de las pocas carreras que cuentan con equivalencias; además hay que sumar que hasta un albañil necesita licencia para poder desempeñarse legalmente. Así pues que sigue siendo largo el camino en el mejor de los casos, pero no es imposible lograr el Sueño Americano.

El extranjero ilegal, y he aquí el aspecto que nos interesa a todos en este país: a los que son, los que no, los que están por ser y a los que fueron, después de los amargos momentos para llegar a EE.UU., sólo le queda el cansancio como para pensar en el Sueño Americano.

En realidad el único sueño inmediato que tienen los inmigrantes ilegales es el que los invade después de 16 ó 18 horas de trabajo. El ilegal debe estar consciente de que el querer vivir en norteamérica implica tener que emplearse en lo primero que se les presente para sobrevivir.

Existe la figura de los “jornaleros”, quienes son trabajadores de todas las nacionalidades que se ubican en determinados lugares de la ciudad y ofrecen sus servicios. Aunque en su mayoría lo hacen como albañiles, también están dispuestos a realizar cualquier tipo de trabajo donde se requiera aplicar fuerza. Aquí debo aclarar que no sólo los hombres hacen trabajos duros, pues yo he compartido labores de demolición con mujeres jóvenes y señoras, y por cierto una de ellas es sicóloga en su país.

Los empleos más accesibles para los ilegales son como ya lo dije albañilería, limpieza, jardinería, lavar platos, ayudante de todo tipo de trabajo que no requiera mayor conocimiento para desempeñarlo. No es como se dice, que se viene a limpiar excremento, pero tampoco es fácil hacer vida en Estados Unidos, y en mi caso no es menos difícil sobrevivir en New York (NY).

Es tan dura la jornada laboral que muchos trabajadores necesitan algún tipo de estimulante para poder resistir, desde las bebidas energizantes hasta lo que se puedan imaginar; las distancias entre los condados son largas, se puede viajar hasta tres horas en tren ida y regreso para ir a tu empleo. Lo cierto es que el ilegal gana en promedio entre 350 y 400 dólares semanal, en un horario laboral normal de 8 a 10 horas al día de lunes a viernes, lo cual sólo alcanza para pagar la renta y los servicios, bills (facturas), además de pasajes, comida y algún gustico.

En fin, la vida en EE.UU., y en lo particular en NY, podría resumirse a Taxs, Bills, Tickets, Peajes (toll), es decir, pagar, pagar y pagar.

Y en cuanto a la recreación les puedo contar que la única estación plena para el disfrute es verano, playas, parillas (barbiqiu), parques, fiestas, campamentos, paseos y todo lo que el clima caluroso permita, mayormente en grupos y todos colaborando con los gastos. En otoño, invierno y primavera por ser estaciones entre climas fríos y congelantes, las reuniones que se presenten hay que hacerlas bajo techo, y se reducen a alguna buena película o ir al cine, comidas o tragos preferiblemente que suban la temperatura del cuerpo.

Luego de todo lo comentado puedo concluir mi relato diciendo que no todo es malo e imposible; no es fácil por ser un camino largo y escabroso. Hay quienes han logrado vivir establemente, después de un largo tiempo y esfuerzo, muchas horas de trabajo y un estricto control administrativo, pero hay muchos que no cuentan la realidad de sus vida en este país y llegan a sus países aparentando estar en las mejores condiciones.

En fin, sobrevivir o vivir con comodidad en Norteamérica se logra con mucho esfuerzo y tiempo para acumular el dinero que vendría a ser la base del tan anhelado Sueño Americano.